viernes, 19 de junio de 2015

Otro curso académico se termina...

    Muchas gracias a todos los alumnos y las alumnas que han dedicado un recreo a la semana a colaborar en las tareas de la biblioteca.


Una foto con algunos de nuestros alumnos colaboradores.

A continuación os ofrecemos unos fragmentos de los relatos ganadores del Concurso "Cañada Real- Manuel Ibáñez Pastor". Que los disfrutéis.
 

GANADOR PRIMER CICLO:
Julio César Nora de 2º B.

60 AÑOS TRAS LA GUERRA”
Estaba amaneciendo y mi hermano Isidre llevaba más de una hora recordándome que había sido él quien se había quedado, la noche anterior, en la choza que mi padre había construido para vigilar la cosecha de las tierras situadas al este del pueblo:
- Andreu, sabes que padre nos encomendó que cuidásemos de las cosechas, y yo debo acercarme a casa del médico para que venga a ver a madre que lleva muchos días padeciendo fiebres.
Comprendí que Isidre llevaba razón. Tras desayunar, salí de casa y me dirigí a las tierras; me quedaba una hora de camino. Nunca pensé que esa sería la última vez que vería a mi madre y a Isidre.
El cielo estaba sereno, se apreciaba el débil canto de los pájaros y una brisa fresca acariciaba la hierba de los pastos. Me alzaba ya sobre la cumbre más alta, tan solo me quedaba descenderla y llegaría a mi destino.
De pronto y por sorpresa, comencé a escuchar el sonido de los aviones sobrevolando Horta de Sant Joan (mi pueblo). Nunca olvidaré el ensordecedor ruido de las bombas, los motores y las campanas alertando al pueblo. El miedo me sobrecogió; pese a llevar 2 años viviendo en un país en guerra, jamás la había tenido tan cerca. Corrí desbocado hacia el pueblo, pero a medida que me acercaba veía a la gente huyendo, aterrorizada. Intenté avanzar, pero la muchedumbre me arrastró y cuando me di cuenta, ya me encontraba en el monte; desorientado y solo, pensando en mis seres queridos........



GANADOR 2º CICLO:
Luis Ordás Álvarez. 4º A.

Seguí avanzando por el escarpado paso de la montaña para poder acceder a la zona situada tras la cumbre misma, donde se vislumbraban todos los alrededores. El paso por el que iba ser la única senda para atravesar la gran cordillera que separaba 2 vastas regiones. Por encima de una altitud determinada, empezaron a caer densas cantidades de nieve y una niebla espesa cubrió el poco campo de visión que ya en ese momento tenía. Estaba muy cansado y tenía bastante frío, pero continué dado la poca distancia que me separaba de la cima. Hacía dos años que no veía a mi familia ni a mis hijos, y pensar que dentro de poco tiempo íbamos a estar otra vez reunidos me impulsó a seguir adelante.
A la derecha del sendero encontré una cueva que parecía bastante acogedora, así que decidí quedarme allí hasta que la ventisca cesara. Eran curiosos los monumentos naturales que se originaban en una zona en la que convergían dos climas opuestos; uno era una gran zona desértica, con continuas tormentas, con un clima con grandes variaciones de temperatura entre el día y la noche. Esto, junto con el clima de montaña y taiga que había en esta cordillera, provocaba que se crearan estatuas heladas con figuras concretas de las que colgaban estalactitas de hielo con una enorme belleza. Esta visión junto con las ganas de llegar a mi casa, me ayudó a levantarme para continuar mi periplo de vuelta, mientras la ventisca amainaba y llegaba hasta el pueblo de la cumbre. Allí, recogí provisiones y pude ver a mi amada ciudad, con la que me reencontraría dentro de poco. Me preguntaron unos aldeanos al verme con mi uniforme carmesí, acerca de la guerra en la que habíamos participado, a lo que les respondía que habíamos ganado, aunque solo sobrevivimos yo y otro grupo que perdí en la inmensidad del bravío océano...


ACCÉSIT PRIMER CICLO:
Clara Mateos Gutiérrez. 1º A.

Querido lector:
No sé quién, ni cuándo se leerá esto; no sé el motivo por el que se te ha ocurrido abrir este sobre, quizás seas muy curioso o …, en fin, no importa; no sé quién eres, pero me gustaría que prestaras un poco de atención, porque ésta es mi historia.
Era una fría mañana de febrero. Ese día hacía ya veinte años de aquel trágico accidente de coche en el que, por un golpe en la cabeza, perdí la memoria y no recuerdo absolutamente nada antes de aquello.
Perdón me estoy desviando del tema. Aquella mañana como todas las demás, salí a pasear, pero decidí ir por un camino diferente, ese fue mi error, o quizás no, quizás fue la mejor idea que pude haber tenido, no lo sé.
Después de varios minutos caminando, sin tener ni idea de hacia dónde me dirigía, pude comprobar que aquella calle por la que caminaba, ancha, rodeada de árboles, por la que no transitaba ningún coche... Me era conocida aunque, en aquel momento, aseguraría no haber pasado por ella nunca, o al menos, no que yo recordara...



ACCÉSIT 2º CICLO:
Alba Domínguez Pañero 3º B.

Allí estaba Ana. Como la mayoría de los días se hallaba en su despacho. Estaba harta de su rutina diaria, despertarse, ir a trabajar, regresar a su apartamento, comer y pasarse toda la tarde en su sofá de cuero blanco arropada con su manta de terciopelo rojo y un tarro de chocolate negro en su mano derecha. Ese día, la cabeza no le permitía concentrarse en la tonelada de informes que descansaban cómodamente sobre su mesa de cristal, lo único que hacía era mover entre sus dedos aquella pluma dorada que había conseguido en la convención pasada. Cuando las agujas del reloj marcaron las tres, Ana abandonó su despacho, el eco del portazo resonó como una gran bola metálica cayendo sobre el suelo y después de eso, la oficina quedó desierta, oscura, silenciosa, impenetrable.
Atravesó el rellano que le conducía a su casa, entró, se sentó en el sofá, la fría sensación del cuero le proporcionó una delicada caricia sobre las piernas y finalmente, sus ojos se cerraron como dos portones de acero intentando proteger un castillo. Un pequeño haz de luz que se filtraba tímidamente por las rendijas de la ventana hizo que se despertara. Había sufrido un funesto sueño sobre el tópico bastante conocido: “tempus fugit”, esto le había hecho reflexionar y darse cuenta de que lo más importante era aprovechar cada momento de sus vida como si no hubiera un mañana y eso le dio una idea …